En 1955, un hombre visionario llamado Don Oreja, con un profundo amor por la tierra y un deseo inquebrantable de construir algo que perdurara en el tiempo, fundó nuestra empresa familiar de distribución de productos de verdulería. Lo que comenzó como un sueño modesto se ha convertido en una historia de éxito arraigada en la dedicación, la calidad y el compromiso familiar.

Hoy, más de seis décadas después, esa visión sigue siendo el núcleo de nuestro negocio. Seguimos siendo una empresa familiar, con la tercera generación de Oreja involucrada en cada paso de nuestra operación. Esto es lo que nos hace únicos, lo que nos permite ofrecer productos de la más alta calidad y mantener un vínculo cercano y confiable con nuestros clientes.

Nuestros productos provienen, en su mayoría, de nuestra propia tierra, donde cosechamos con cariño y respeto por la naturaleza. Esta conexión directa con el origen de nuestros productos nos permite garantizar la frescura y la calidad de cada verdura que entregamos. Sabemos que nuestros clientes, que son principalmente negocios que utilizan nuestros productos como materia prima para sus propios emprendimientos, necesitan lo mejor, y eso es precisamente lo que ofrecemos.

En cada entrega que realizamos, llevamos con nosotros no solo productos frescos y saludables, sino también el legado de Don Oreja, que se ha convertido en una parte inseparable de nuestra identidad. Hoy, miramos hacia el futuro con la misma pasión, la misma dedicación a la calidad y el mismo compromiso con nuestra familia de clientes.

Bienvenidos a nuestra familia, donde la frescura, la calidad y la confianza son más que promesas; son valores que vivimos cada día. Gracias por ser parte de nuestra historia.

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